miércoles, 24 de octubre de 2012

Podar Árboles

    IntroducciónPodar Árboles

El propósito de la poda es tener plantas fuertes, sanas y atractivas. Esta meta se puede alcanzar sabiendo cómo, cuándo y por qué podar, y siguiendo unos cuantos principios
muy sencillos.


Figure 1. Razones para podar
Razones para Podar
Las principales razones para podar árboles ornamentales y de sombra son: la seguridad, la salud y la estética. Además, la poda puede estimular la producción de fruta y elevar el valor de la madera. La poda por seguridad (Fig. 1A) implica remover las ramas que podrían caer y causar lesiones, o daños a la propiedad; suprimir las que obstruyen la visibilidad en calles o entradas de vehículos; y suprimir las que interfieren con líneas de servicio público. La poda por seguridad se puede evitar, en gran parte, eligiendo con cuidado especies que no crezcan más allá del espacio disponible y que posean la forma y el vigor apropiados para cada lugar.

La poda por razones de salud (Fig. 1B) implica remover la madera enferma o infestada
de insectos, el adelgazamiento de la copa para mejorar la ventilación y reducir problemas de plagas, y la remoción de las ramas que rozan o se entrecruzan. La mayor utilidad de la poda es estimular el desarrollo de una estructura vigorosa en los árboles y reducir la probabilidad de que los dañen las inclemencias del tiempo. Quitar las ramas rotas o dañadas ayuda a curar las heridas.

La poda por estética (Fig. 1C) intenta mejorar
las características naturales de los árboles y alentar la producción floral. La poda para mejorar la forma es especialmente útil con árboles de crecimiento abierto, que pierden muy poco follaje en forma espontánea.


Todas las plantas leñosas pierden ramas por la sombra y la competencia. Las ramas que no producen los carbohidratos necesarios para mantenerse, por fotosíntesis, mueren y luego caen; las heridas resultantes se sellan con tejido cicatricial (callo). El viento o la acumulación de nieve y hielo puede arran-car las ramas débilmente unidas. Las ramas arrancadas por fuerzas naturales suelen dejar grandes heridas con desgarramientos que rara vez sanan. Como práctica de cultivo, la poda puede complementar o sustituir esos procesos naturales, aumentando así el vigor y la longevidad de las plantas.

La forma de los árboles es muy variada, pero las más comunes son piramidal (excurrente) y esférica (decurrente). Los árboles de copa piramidal, p. ej., la mayoría de las coníferas, tienen tronco central fuerte y ramas laterales más o menos horizontales, que no compiten por la dominancia con el tronco central. Los árboles de copa esférica, p. ej., casi todos los de madera dura, tienen muchas ramas laterales que compiten por la dominancia.

Para reducir la necesidad de podar, lo mejor es estudiar la forma natural del árbol. Es muy difícil dar una forma antinatural a un árbol sin un trabajo constante de mantenimiento.

El desramado y la poda ornamental son casos extremos de poda para crear un efecto deseado no natural. El desramado es la poda anual de árboles para remover todo el follaje nuevo. Al año siguiente hay gran profusión de vástagos en las puntas de las ramas. En la poda ornamental se da forma geométrica o de animales a árboles o arbustos. El desramado y la poda ornamental son aplicaciones especializadas de la poda para alterar la forma natural del árbol. La poda ornamental demuestra que, con cuidado y atención, se puede dar casi cualquier forma a las plantas. Sin embargo, así como la poda apropiada puede mejorar la forma o el carácter de las plantas, la poda incorrecta puede destruirlas.

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